Eva Gómez es Coordinadora y Profesora del Máster MBA Internacional en Dirección de Empresas Agroalimentarias de Bureau Veritas Centro Universitario.
Todos hemos oído hablar alguna vez del Modelo EFQM, pero ¿sabemos en qué consiste? o ¿para qué sirve?. El objetivo de este post es aclarar estas y otras cuestiones que quizá os estéis planteando ahora mismo y que os hayan motivado a leer estas líneas. Asi que ¡empecemos por el principio!
El Modelo EFQM ha tomado el nombre de la fundación sin ánimo de lucro y con sede en Bruselas que lo creó en 1991, la European Foundation for Quality Management (Fundación Europea para la Gestión de la Calidad). Su objetivo principal es impulsar y estimular la mejora continua en las organizaciones, y permitirles obtener una visión general de sus fortalezas actuales y oportunidades de crecimiento.
En realidad, este Modelo muestra una nueva visión a la hora de buscar la calidad y la excelencia empresarial, y más, en este entorno tan cambiante en el que las organizaciones se mueven actualmente, dónde existe una alta competitividad entre ellas y dónde las exigencias del mercado las obligan a no quedarse en la mejora continua sino buscar la excelencia en dicha mejora.
Pero, ¿a qué llamamos excelencia? Este término se puede definir como la filosofía de gestión que persigue el éxito sostenible de una organización, mediante la satisfacción equilibrada y continua de las necesidades de expectativas de todos los Grupos de Interés de la misma.
Es importante destacar que este modelo de gestión no se basa en una Norma, sino que se basa en la autoevaluación de la organización, en la que se hace un análisis interno por medio de una “Memoria de Evaluación” del funcionamiento de la de la organización, usando como guía un conjunto de Criterios de Excelencia y reglas de evaluación, que se organizan en “Agentes facilitadores”, que son aspectos del sistema de gestión de la organización y que incluyen el liderazgo, las personas, la estrategia y las alianzas. Estos, dan lugar a “Los resultados”, es decir, representan lo que la organización consigue para cada uno de sus actores (las personas, los clientes y en la sociedad). “Los Resultados” son causados por los «Agentes» y se mejoran mediante la retroalimentación. EFQM representa sus 9 criterios de la siguiente forma:
En definitiva, el Modelo EFQM de Excelencia es un instrumento práctico y no prescriptivo que proporciona múltiples beneficios a las organizaciones entre los que destacan los siguientes:
• Evaluar dónde se encuentran en su camino hacia la excelencia, ayudándoles a identificar sus fortalezas clave y posibles carencias con relación a su Visión y Misión.
• Disponer de un único lenguaje y modo de pensar sobre la organización, lo que facilita la eficaz comunicación de ideas dentro y fuera de la misma.
• Integrar iniciativas existentes y planificadas, eliminar duplicidades e identificar carencias.
• Disponer de una estructura básica para el sistema de gestión.
Desde su creación, el Modelo EFQM se ha revisado en numerosas ocasiones, siendo la versión actual en vigor la correspondiente al año 2013, que entró en vigor el 1 de enero de este año (y que convivirá hasta el 1 de enero de 2014 con la versión anterior correspondiente al año 2010). En esta ocasión se ha intentado dar mayor protagonismo a algunos elementos de la gestión que es importante tener en cuenta en el entorno de crisis e incertidumbre en el que estamos inmersos y que debería de impulsar el cambio en las organizaciones Excelentes.
De este modo, el actual Modelo EFQM 2013 se centra en una gestión empresarial más ágil, la utilización del diseño de escenarios para anticipar el entorno en el que tendrá que operar una organización, la disposición de estructuras flexibles, la gestión de riesgos, ¡por supuesto!, estratégicos y operativos, y especialmente los que contemplen el acceso a la financiación necesaria, la responsabilidad ante terceros, la transparencia y la importancia de la reputación de nuestras organizaciones, el potencial de los sistemas de priorización de ideas para la mejora y la innovación o la atracción, desarrollo y retención del talento.
Es importante destacar que el modelo EFQM también se puede comunicar a los grupos de interés por medio de los Sellos EFQM (200+, 300+, 400+ y 500+), donde se detallan los puntos obtenidos en una evaluación por parte de una entidad certificadora. La puntuación de los sellos se obtienen a través de la matriz REDER dónde se le asigna un peso específico a cada uno de los nueve criterios para calcular el número de puntos asignados finalmente a cada criterio.
Este Modelo, como habréis comprobado, tiene mucha miga y es complicado explicarlo en unas pocas líneas. Espero haber arrojado un poco de luz respecto a este apasionante tema. De todos modos podéis encontrar más información al respecto en el Portal de EFQM y en VISION, el periódico digital global de la Excelencia Empresarial.