El coordinador del Máster MBA Internacional en Dirección de Empresas Industriales de Bureau Veritas Centro Universitario, Eduardo Díez, nos habla en este post sobre el nuevo Real Decreto 56/2016 de Eficiencia Energética.
Con la entrada en vigor del RD 56/2016 cuya finalidad es el impulso, promoción e implicación en la búsqueda y mejora de la Eficiencia Energética por parte de las organizaciones, entraron en auge dos conceptos importantes que recientemente conducen a una búsqueda frenética e interpretación variada de información. Estos son, «obligatoriedad» y muy especialmente «auditoría energética».
El primero de ellos asusta por su contundencia al tratarse de legislación normativa, y como su significado es sobradamente conocido, no se añadirá nada sobre él, exceptuando que dicha obligación solamente afecta a las consideradas grandes empresas (fundamentalmente aquellas con más de 250 ocupados y cuyo volumen de negocio supere los 50 millones de euros).
En este post nos centraremos en señalar brevemente las pautas generales relativas a estas auditorías energéticas, las cuales se basan en los requisitos establecidos por la normativa europea UNE-EN 16247-1.
Auditoría energética y sus actores
- Auditoría energética. Proceso de inspección que, de forma sistemática, analiza el consumo de energía de una organización o parte de la misma con el fin de identificar, conocer e informar sus flujos de energía y potenciales posibilidades de mejora.
- Auditor energético. Persona, equipo de personas u organismo encargados de la realización de auditorías energéticas y que tendrá por ello que acreditar unas determinadas aptitudes y actitudes (competencia, objetividad, transparencia, confidencialidad, etc.)
- Organización. Grupo, institución, empresa, compañía u organismo que opera, utiliza y gestiona diferentes forma de energía.
De este modo, cabe destacar que todo proceso de auditoría energética tiene que, en relación al auditor y la organización:
- Adecuar los objetivos, el grado de detalle y el alcance, así como definir la organización y los equipamientos, sistemas, procesos, instalaciones… que se van a someter a la auditoría.
- Representar y trazar fielmente la situación, recopilando datos e informaciones relevantes, fiables y fidedignas e identificando su origen y procesamiento.
- Ser útil y analítico respecto a la efectividad de las opciones de ahorro energético identificadas y permitir verificar los logros respecto a los objetivos señalados en las mejoras que se hubieran podido o se vayan a implementar.
Fases de un proceso de auditoría energética: características principales
- Acuerdo previo. En esta toma de contacto entre el auditor y la organización, se acordarán las expectativas, objetivos, límites y alcance, grado de detalle, plazo, necesidades de tiempo y recursos de la organización, criterios de evaluación de las medidas de mejora de Eficiencia Energética, requerimientos, recopilación y formato de los datos previos sobre energía y actividad…
- Reunión de comienzo. Servirá para informar a todas las partes interesadas sobre lo acordado previamente y donde el auditor describirá los medios, procesos y programación de la auditoría energética.
- Recogida de datos. Se tomarán los referentes a sistemas, procesos y equipamientos con sus características detalladas y la documentación de funcionamiento, diseño y mantenimiento, datos históricos, operaciones y eventos pasados relevantes, auditorías o estudios previos, tarifas actuales y proyectadas, estado del Sistema de Gestión si lo hubiere, etc. Todo ello desde el punto de vista de consumo y desempeño energético.
- Trabajo de campo. En esta fase será fundamental fijar cómo se realizarán las inspecciones, las tareas, las actuaciones y las conductas por parte del auditor energético, así como definir y concordar con la organización las condiciones para las visitas a los emplazamientos.
- Estudio y análisis de situación. Etapa en la que se determinará la situación en cuanto a rendimiento energético y que servirá como referencia para la identificación, evaluación del impacto y la posible aplicación de mejoras.
- Elaboración del informe. Documento que podrá contener diferentes partes: los antecedentes (con la información general de la organización, el auditor y la metodología); los datos propios extraídos de la auditoría (con las correspondientes descripciones, mediciones, estimaciones y consumos); las oportunidades de mejora identificadas (con las acciones propuestas, supuestos y análisis económicos relacionados) y las conclusiones. Todo ello, acompañado de un resumen ejecutivo en el que se clasifiquen las oportunidades de mejora de Eficiencia Energética y el programa de implementación a proponer.
- Reunión de finalización. En ella el auditor energético entregará el informe final, presentando y explicando los resultados de la auditoría energética, con el fin de facilitar y ayudar a la toma de decisiones de la organización, incluyendo y consensuado un plan de seguimiento.
Otro asunto muy relevante es el referido a cuáles deberían ser y como se acreditarían las competencias de los llamados auditores energéticos. Tiempo habrá en futuros post de entrar más al detalle sobre estas cuestiones.